Los cordones se sueltan si no los sabes atar;
te cuento un secretito y muy pronto aprenderás.
Tomando las dos puntas, una cruz debes formar;
pasa por una "cueva" y ahora la estirarás.
Observa... ¡genial! ¡Se formó un nudo!
Llévalo hasta abajo sin ningún apuro.
Toma un cordón, forma una orejita,
el otro la abraza y se mete en la "cuevita".
Cuándo ya estén las dos orejitas,
con un nudo en medio, ¡quedarán más bonitas!
Es un juego entretenido, lo tienes que practicar;
si tiras de las puntas, se volverá a desatar.
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